Panorama
de la obra literaria del poeta.
La obra literaria de Gonzalo Arango
solamente fue publicada en mínimas ediciones y el resto está regado en periódicos, revistas, plegables y comunicados mimeográficos
inconseguibles. Obra Negra, ordenada por Jotamario para Carlos
Lohlé de Buenos Aires, es una muestra significativa de su obra, recoge
manifiestos, algunos pocos panfletos purificadores, cuentos, poemas. De sus
cartas (era un adicto del mimeógrafo y del correo aéreo) las escritas a sus
amigos y dedicadas exclusivamente al nadaísmo, forman un volumen enorme
altamente recomendable. Su obra periodística, crónicas, columnas, reportajes,
memorias, fueron publicados en La
Nueva Prensa, Contrapunto, Cromos, Nadaísmo 70, El Tiempo, El Espectador, El
Colombiano de Medellín, Diario
del Caribe, El País, y en revistas internacionales como El Corno Emplumado de
México y Zona Franca de
Venezuela... Cuatro obras de teatro: Nada
bajo el cielorraso, HK111, Los ratones van al infierno y La consagración de la nada. Autor
diverso y disperso, irregular y copioso, pero de efectos irreversibles.
Según el mismo Arango, la mejor
literatura de su generación está en las cartas aunque su amigo y poeta nadaísta
Eduardo Escobar dice: “últimamente me ha dado por pensar que quizás la mejor
parte de la obra del fundador del nadaísmo está en su poesía, la primera de
Medellín, sobre todo”.
Ego
literario
Qué clase de hombres son los literatos
que no creen en la palabra de Dios:
¿LA VIDA?
Sólo piensan en el ego literario
que es agonía.
Avaros intelectuales solitarios;
dementes ruinas.
Egos hartos de razones,
… ¡Pilatos de la vida!
(del libro “Providencia”)
La
armonía en los hombres se alimenta de palabras sencillas. El idioma confuso
engendra resentimiento y violencia.
Angelita
Las
revoluciones
Las revoluciones que no dan la libertad,
la quitan.
Si la revolución no da parejo
con el pan el paraíso,
degenera en terror y tiranía.
El ego de Estado es el infierno:
arte refinado de crueldad.
(del libro “Providencia”)
Belleza
de Puta
No dejes putear de maxfactor tu belleza
en el beauty parlor de la moda.
No dejes sofisticar tu encanto natural
y tu frescura de poma
con pomadas de telenovela.
No dejes que marchiten tu aroma de rosa
y hembra hechicera.
Tu belleza es pura
pero tu belleza de salón
es belleza de puta de novela rosa.
(del libro “Providencia”)
Teleceguera
En
la televisión están arruinando
al
hombre, feriando su alma en los
mercados
negros y persas del idiotismo
masivo
de la civilización de consumo:
el
cosmético, el lujo, el vicio, lo
superfluo,
la prostitución cancerosa
del
paganismo civilizado.
Medios
inconscientes de incomunicación
masiva.
Burdeles sucursales de la
gran
ramera de la corporación
financiera,
gerenciados por banqueros
de
almas, traficantes de valores,
publicistas
emisarios de opio espiritual,
asaltantes
técnicos en saqueo
de
los tesoros de la vida, para
fortalecer
el poder del becerro de oro,
materializado
en la gran bestia
bifronte
apocalíptica de los
imperialismos
infernales.
Ficciones
carnavalescas y suspensos
policiales
para la degradación
y
dependencia en la evasión y el
pasatiempo,
con un embotamiento bobo
de
la mente hechizada por el embrujo
tecnológico
al servicio servil del
utilitarismo
y la tecnocracia
materialista
que incomunica a los
hombres
y a los pueblos en razón
de
un violento desarraigo en la
relación
viva de sus tradiciones
y
creencias, privados de su natural
alimento
divino que es el amor, la
comunicación,
pan y vino de la vida
espiritual.
Y
sin eso: sumisos, confusos,
frustrados,
los debilitados ciudadanos
del
rebaño son arrojados como carne
de
consumo de los hornos crematorios
de
la muerte lenta, la agonía
interminable
de la rutina fantasiosa,
al
abismo vidrioso erizado de mentiras
y
tentaciones azarosas de la pantalla
cegadora.
Pantalla
menor - físicamente – pero
de
dimensiones funestas e influencias
devastadoras
en el sensible y
misterioso
cosmos espiritual, en cuyas
tiernas
constelaciones produce
tenebrosos
eclipses, espinas
envenenadas
de violencia, enfermizas
codicias,
erosiones en la mente virgen de los
niños.
El alma saqueada de vida
sobrenatural:
mina de valores eternos
arruinada.
Genocidio de almas e
infanticidio
de sueños. Porque después
de
los estragos del genial invento
utilizado
pecaminosamente contra
el
espíritu, los hechizados televidentes
ya
no son aptos para vivir la realidad
sino
la ficción, impotentes para
expresarse
y descubrir los poderes
secretos
de la soledad creadora,
el
mundo interior, la vida en el amor,
los
éxtasis de la naturaleza.
Avasallados
por la pantalla
embrutecedora
de la cultura de masas
para
que la publicidad elija y sueñe
por
ellos. Y así deshumanizados,
seducidos
y engañados por la
celestina
de la gran sociedad del
progreso
corruptor, hostiles al soplo
divino
vivificador, sellados de
egoísmos,
oprimidos por obsesiones
de
confort, perdidos en el espejismo
de
una realidad degenerada en limbo,
que
empequeñece al hombre
en
su grandeza
y lo
exalta en su pequeñez
la
televisión es el diablo tecnológico
que
condena las almas al infierno
del
no ser.
La salida es adentro
La
sociedad ficción cruel, criminal.
Nos
tienen encarcelados,
atados,
atascados sin salida.
Los
partidos parten,
dividen
las clases sociales
las
religiones rivalizan,
las
razas se exterminan,
confinan
las profesiones,
las
ideologías repugnan,
el
dinero envilece,
serviliza.
Nos
rompieron la mente en pedazos
divorciados
de la naturaleza,
incomunicados
del planeta
del
inmenso universo.
Solitarios,
desamparados
en el cerebro calabozo.
El
terror.
Salid
de todos los sistemas imperantes;
¡salid
ya!
¿Hacia
dónde?
¡Hacia
ti mismo, hermanito!
Círculo vicioso
Nos
enseñaron a ser el más grande,
el
más inteligente,
el
más rico;
y en
eso andamos desde que nacimos.
Nos
estamos matando y maltratando
corriendo
a una velocidad loca
para
tratar de alcanzar al que nos hace sombra;
y
resulta que después de todo
no
alcanzamos a nadie.
A lo
sumo somos sorprendidos en la carrera
por
la muerte:
única
meta de los que viven
en
círculo vicioso.
Precipitados
de mente.
Niños acuarianos del amor
La
naturaleza nos da el amor
que
nos roba la ciudad.
Viajad
hacia la verde célula del alma.
¡Sed
puros!
Poderosos
de amor;
autorizad
la mente.
Nos
esperan júbilos salvajes,
inesperadas
violencias salvadoras,
la
belleza arrasadora del fuego,
los
frescos rocíos de la purificación saciada,
los
secretos paraísos y sésamos del sentir,
la
plenitud del despertar;
la
realidad florida de la naturaleza
entonando
odas de aleluya
a la
inocencia del Ser.
¡Cantad
la aurora
niños
acuarianos del amor,
hijos
de la Tierra
y el
Sol!
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ResponderEliminarParece una prosa escrita con divisiones al estilo de la poesía, pero es de una calidad semejanta a la producción de Bob Dylan, aunque más radical y apasionada. Esto nos lleva a pensar que el Nobel se concedió por la popularidad del artista y por una supuesta huella genracional que más tiene que ver con la música que con la literatura. No fue por la calidad de la obra, de lo contrario deberían haber comparado a Gonzalo Arango con Bob Dylan y el resultado sería muy discutible.
ResponderEliminarGracias por su comentario
EliminarGracias por su comentario
EliminarGonzalo Arango es Todo...por eso es NADA
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